Código de ética de las religiones

La religión es un valor intrínsecamente ligado a la vocación humana por la trascendencia. La religión puede estar presente tanto en las dimensiones emotivas como en la intelectuales del ser humano, construyendo culturas y civilizaciones, que se han fundamentado en valores que redundan en el bienestar y felicidad no sólo de individuos aislados, sino de naciones enteras. Sin embargo, el ser humano es también desconcertante y contradictorio en su proyecto al mundo; esta nota influye también en su dimensión religiosa. Por motivos religiosos es posible discriminar a cierto tipo de personas en menoscabo de su dignidad humana, así como privarle de sus derechos más esenciales y hasta de la vida misma. En nombre de una forma de religión se pueden encender desde conflictos intrafamiliares hasta crueles conflagraciones internacionales. A todo esto resulta urgentemente proclamar, aún en medio de las más terribles crisis de la humanidad, y pese a las contradicciones siempre presentes en el comportamiento de las personas, que los seres humanos somos maravillosamente capaces de creer y confiar en nosotros mismos y en todo aquello que podemos edificar mediante nuestra memoria, razón, destreza y voluntad.

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